Para los que me quieran señalar con el dedo por haber caído en la trampa del bipartidismo Valenciano/Cañete y, ojo, que poner solo sus nombres de pila y no sus siglas no es inocente, debo decir que:
A) Es de mala educación y B) Estad tranquilos, que hoy le toca el turno a Alexis Tsipras
La que fue la gran esperanza blanca de la Grecia que, finalmente, prefirió elegir de nuevo a la troika en 2009, víctimas de la presión internacional, dicen, es el más apuesto candidato a presidir la Comisión Europea en las elecciones a la Unión. Fue la gran esperanza blanca y, en cierto sentido se presenta a esta nueva votación viviendo de aquellas rentas, no porque sea precisamente blanco, hetero y cachondo sino porque eso de «Otra izquierda es posible» sigue ganando adeptos, pese a lo cada vez más naif e impostado del slogan-argumento. Ya no le llamo ni utopía y a los hechos me remito: ¿Qué fue de Beppe Grilo; ¿acaso la Syriza gallega prácticamente no ha muerto de su propio éxito y de sus propios infanticidios? y les llamo así no porque considere que son infantiles sino por sus apenas dos años y medio de vida para tanta herida; ¿no quedamos en que el Normcore, la supuesta estética de calle o de «normalidad», al final, era el hipsterismo llevado a su extremo? 😉
Se indignaba una amiga mía rumana con «Syriza» durante la campaña electoral gallega de 2012 por las estrategias de marketing subliminal, por cómo un supuesto partido antisistema caía precisamente en lo peor y lo que más criticaba de ese sistema: El showbusiness electoral, a base, eso sí, de grandes dosis de buenrollismo y, las cosas como son, de contar con el único cabeza de lista con bagaje político e intelectual. Que también, como le pregunté a él en una entrevista, ¿no es algo preocupante que los nuevos referentes de según qué público sean las «viejas» cabezas pensantes? y pienso, por ejemplo, en Hessel y su famoso Indignaos.
El caso es que lo han vuelto a hacer, no los gallegos, que hoy ni lo de su cartelería ni su candidata Normcore para las europeas, pero esta vez en el sentido literal de la palabra, creo que sea estrategia; no el propio Tsipras, pero sí su jefa de prensa en Italia.
No debería sorprendernos porque no hace tanto que tuvimos una versión algo similar «made in spain», con las declaraciones de Valenciano en las que no descartaba desnudarse para pedir el voto en caso de ser necesario, pero claro, Elena ni posaba en bikini ni obviamente está tan buena. Ojo, que para no ponerme tan primaria voy a matizar y la chica, ya que de estética se trata, a pesar de meter barriga mide lo mismo de cintura que de abdomen.
Se han escrito ríos de tinta sobre la publicación de esta información y hasta las feministas maniqueas de «Hombre malo (y si es periodista ya ni os digo) Mujer buena» han salido en su defensa. El partido está dividido, en cualquier caso hasta el momento nadie le ha pedido explicaciones. Yo no voy a entrar a juzgarla porque nunca he renunciado a mis tacones ni para recorrer medio País haciendo campaña. Sólo voy a llamar la atención en que ha sido ella la que ha apostado por asumir la «cosificación» de la mujer en beneficio de sus objetivos, lo que es más que lícito pero, lo siento, también es noticia. Es más, si no fuera noticia ella no habría recurrido a esta estrategia lo que nos lleva, de nuevo, al punto de partida: Sí, la nueva izquierda también juega con las mismas reglas del sistema y del mercado electoral, quizás sean más creativos y, sin duda, lo que demuestran es ser profesionales, y no es irónico, Paola Bachhiddu sabe lo que hace, en qué consiste su trabajo y cómo conseguir viralidad para su marca y para sus mensajes.
Hace días presencié una ardua discusión sobre este tema en el que los argumentos en contra eran: Si fuera un hombre el caso habría pasado sin pena ni gloria. Yo le doy la vuelta y pregunto, ¿si fuera el propio Alexis o el propio Obama?… no habría trascendido?, ¿no han salido acaso las fotos de Suárez en bañador incluso en su obituario?, ¿y si la jefa de prensa hubisese sido de Berlusconi, qué se habría dicho?.
Por si acaso, yo creo que voy a votar al partido de un señor gordito (y no, no es Cañete), porque pese a que una vez una rata de biblioteca aseguró que los políticos calvos y bajitos no triunfan ahí tenéis a Hollande, que muy bien electoralmente ya no le va pero… ¿y lo que folla? 😉
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Agradecimiento especial a Bar Embora y Alicerce Vermello (SCQ) por la selección musical