Confieso que he vivido

Mordor

Loja-Mordor

Y allí van exactamente tres meses desde que llegué por primera vez a mi nuevo Mordor. Son 90 días exentos de impuestos, lo que no quiere decir que no tengas que pagar peaje. 2.160 horas que suman distinto en función del continente.

La ciencia no es exacta y el ciclo habitual de un día se ralentiza en un país donde el sol sale y se pone siempre hacia las seis.

Cuando aterricé, fijé el contador de la nave a cero pero olvidé llevar la cuenta de los quilómetros recorridos. Serán objetivamente menos de los que realmente siento;  quizás todavía no los suficientes mas, en todo caso, son, sin duda, los que me han hecho crecer a base de algunas risas, ciertas hostias y mucha soledad, individual y colectiva.

Hoy, más que nunca, soy de Saturno y siento mis tiempos como años luz: A años luz de lo que habría vivido de no mudarme, a años luz de lo que realmente había venido a buscar, a años luz de saber si decido lo correcto.

Soy de Saturno y soy punk-gafe. He aquí el resumen, en imágenes, de estos 194.400 minutos en el centro del mundo.

Un casi terremoto

Terremoto Quito

Seísmo en Quito

Un casi ahogamiento

Nangaritza

Cuatro tontos muy tontos

Un casi incendio

los libros arden mal

Los libros arden mal

Un casi trabajo

gestión de emails

Gestión de e-mails

Confieso que… Sobrevivo. 

Sin prisas

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