
Sabores y placeres de lo prohibido
Hubo una época en la que Madrid tenía prohibido informar a Galicia, dice un veterano agente de la Guardia Civil. Durante muchos años, las unidades centrales contra la droga de la Policía Nacional y Guardia Civil, así como jueces y fiscales, sabían que no se podía compartir información con las autoridades gallegas. Las orejas del contrabando, primero, y del narcotráfico, después, abarcaban el litoral gallego y llegaban a las instituciones de Santiago, A Coruña o Pontevedra.
El narcotráfico tenía ramificaciones entre abogados, alcaldes, guardias civiles y empresarios, y por culpa de todos ellos Galicia estuvo muchos años en cuarentena: cualquier información que llegase de Madrid, volaba de boca en boca. Todavía hoy hay restricciones (…)
Carretero, Nacho. Fariña. Libros del K.O, 7ª edición 2016

Cuando la ficción supera la realidad… o viceversa