Declaración de Principios
No. No es que haya cambiado mis convicciones, pero sí creo que os debo algo así como un ejercicio con el que renovar mis votos. Tanto tiempo de inestabilidad y de ausencia no se pueden justificar a golpe de sombra aquí y sombra allá. Ahora lo que se lleva, además, es el maquillaje soft, que transpire, vaya. Lo contrario sería no enterarse de nada; de lo último en cosmética, en estética ni en ética.
Lo que no transpira no oxigena y donde no hay oxígeno no hay vida, de ahí que a la nueva paleta de colores le añada algunas de las principales esencias con las que se engrasa la Nave:
-No dar puntada sin hilo
-Escribir desde y sobre las costuras
-No utilizar dedal, aunque sangre, aunque duela.
-Y más…
Y las que, al mismo tiempo, harán habitable, de nuevo, el Planeta.
-Sinergias y proyectos
-Avances sin abandonos para que la #Identidad, la firma, la marca colectiva que nació en tantos #insomnioscreativos no vuelva a sucumbir ante la trampa del supuesto confort de una nónima o de un trabajo al que aportas y te aporta; porque, insistimos, es una #trampa, y porque no nacimos con tal fin.
Nacimos para hacer, para ser, para poder y para quedarnos.
Sin límites, sin olvidar lo que también es seña de identidad de este contenedor: la polivalencia, que todo suma.
Sin cadenas: no soy tuya, no soy/somos de nadie, libre te/me/os quiero.
August Strindberg escribió:
(..) Soy dueño de mi alma en aquellos casos en los que uno tiene algún derecho de serlo y puedo elegir mis simpatías y antipatías. No he sido nunca un tirano, lo único que he pretendido es dejar de ser tiranizado, cosa que no soportan algunas personas tiránicas. Al contrario, siempre he odiado a los tiranos, y esto es algo que los tiranos no perdonan.