Guantánamo

Hoy Anne calla -aunque no estaba previsto- porque desde antes de las siete hay un taladro en su cabeza. Sí, literal, no llegó a hacerme una craneotomía sin anestesia quizás por la firmeza de los muros o tal vez por la broca que manejaron y aún manejan mis sutiles vecinos.

La obligada mezcla de productos químicos para conseguir vencer el ruido y completar el sueño más la particular sintonía lo único que consiguieron  fue  provocar un estado de semiinconsciencia en virtud del cual reposaba plácidamente sobre un césped de lilas y margaritas que, de repente, se abría como el mar de Moisés para sumergirme en un siniestro y oscuro lago en el que cada tronco era un cocodrilo asesino.

Como el mundo de lo onírico tiene estas cosas y estas extrañas conexiones neurológicas o cerebrales, del lago pasé a un comercio tipo Zara en lo barato pero mucho más minimal-sofisticado en el contenido. Pasé yo y el resto de mi banda, un grupo de rock, creo, con un guitarrista con traumas.

Cinco minutos de silencio hasta que…

la tormenta estalló de nuevo; una joven me entragaba el ticket de compra por valor de 73 euros y un personal shopper me llevaba las bolsas. Acto seguido, en toda una demostración de que soñamos en color, aunque casi toda la ropa la había comprado en blanco y negro, acabé con un amigo en un fangoso y contradictoriamente cristalino río que te permitía comprobar un fondo repleto de navajas voraces y almejas podridas.

Obviamente, sólo mojamos los pies y, después, huimos 😉

Desperté, finalmente, si es que se puede decir que algo hubiera dormido, con los ojos hinchados, un cansacio sin límites y algo confusa sobre la compra, sobre la de la despensa, que al final tocó volver a desayunar sin zumo y comer lasaña de nuevo.

Definitivamente, hoy me siento como en un pequeño Guantánamo, claro que con este tipo de torturas yo creo que en mi caso al menos lo que conseguirían no es que cantase sino que mi violencia se disparase.

¿Y si yo ahora contraataco subiéndole el volumen al recopilatorio de Bruce y calzándoles a mis taladro-tortuadores el Born in the USA más de 30 veces seguidas?

WTF ¿pero como?  ¿un recopilatorio sin este imprescindible tema?. Dá igual, si les pasa como a mí, el efecto será totalmente el contrario al que persigo y lo único que conseguiría es recargarles las pilas.

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