Quizá lo más cerca que podamos estar de la muerte es escribiendo, en el sentido de que escribir es ausentarse de la vida, un abandono provisional del mundo y de nuestras nimias tribulaciones para intentar ver las cosas con mayor claridad. Escribiendo, uno da un paso atrás y al lado respecto de la vida para verla con mayor desapego, tanto de manera más distante como más próxima. Con una mirada más firme. Escribir te permite dar las cosas por zanjadas: los fantasmas, las obsesiones, los remordimientos y los recuerdos que nos despellejan vivos (…)
Simon Critchley
Critchley, Simon: Apuntes sobre el suicidio. Alpha Decay editorial.2015

Escaparate de la mítica libería Quijote (Ferrol). Foto Antón Pedreira
Elijo este texto para celebrar el 23 de Abril porque las rosas también tienen espinas, aunque en los tiempos modernos tendamos a comprarlas despojadas de ningún elemento que lastime. La vida no es un campo de flores y no por su dureza sino también por sus tabús. La fiesta de la lectura se me antoja una buena ocasión para hacernos con este tipo de obras, para abrir nuestra mente a una literatura que vaya más allá del bestseller y de la firma comercial de autores.
Elijo este texto, además, porque hace unos días hubo un tuit que me impresionó, por lo contundentemente que reflejaba una realidad que, hasta la constitución de nuevas elecciones, ha dejado de estar de moda: «Galicia destaca en España por la tasa de emigración y suicidios. A lo mejor, sería necesario pensar en otras maneras de marchar»
Pero , por favor, tengan la bondad de no inquietarse (…) No tengo la constitución mental de un suicida. La vida es injusta: suícidate o supéralo, como decía el grupo de música inglés Black Box Recorder. Este ensayo es un intento de superarlo